Con la colaboración de Vanessa Moosmann

Foto: www.killingthebreeze.com

Christina Figueres, Vicepresidenta del pacto Mundial de Alcaldes para el Clima y la Energía y Coordinadora de la Misión 2020, junto con la Misión 2020 elaboraron una agenda de acción en seis ejes prioritarios para cambiar el rumbo del mundo y su emisión de dióxido de carbono para 2020.  

Como se anunció hace unas semanas, Donald Trump decidió que EEUU se retira del Acuerdo de París a partir de noviembre 2020. Sin embargo, el año 2020 es un año fundamental no solamente por la salida de los EEUU. Según el estudio realizado por Carbon Tracker de Londres, el Climate Action Tracker consortium, el Potsdam Institute for Climate Impact Research de Alemania y la universidad de Yale, los objetivos de temperatura que se elaboraron en el Acuerdo de París serían inalcanzables si las emisiones de los GEI siguen creciendo después del año 2020 o incluso si permanecen en el nivel actual. Asimismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Naciones Unidas se encontrarían en gran riesgo.

Teniendo en cuenta estos retos, Cristina Figueres lanzó la Misión 2020, una campaña colaborativa para incrementar la ambición y acciones a través de sectores prioritarios que contribuyan a disminuir la curva de crecimiento de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) hacia el año 2020.

La plataforma que puede consultarse en www.mission2020.global, se presenta en el marco de la próxima reunión del Grupo de los 20 países más industrializados (G20) que se celebrará el 7 y 8 de julio en Hamburgo, Alemania. La plataforma llama a los líderes de estas potencias económicas a demostrar su compromiso para la atención al cambio climático  y de esta manera, generar un precedente hacia otros líderes mundiales que estén interesados en incrementar sus compromisos en el marco del Acuerdo de París.

Para comprometerse con la Misión 2020 el grupo de Cristina Figueres y el equipo de la Misión definieron seis sectores prioritarios con metas específicas que deberían cumplirse para alcanzar las metas del Acuerdo de París.

Energía.- Las energías renovables deben representar al menos el 30% del suministro eléctrico mundial, frente al 23,7% de 2015. Ninguna central eléctrica de carbón se aprueba después de 2020, y todas las existentes son retiradas.

Infraestructura.-  Las ciudades y estados han iniciado planes de acción para descarbonizar edificios e infraestructuras para 2050, con una financiación de USD $ 300 mil millones anuales. Las ciudades actualizan al menos el 3% de sus edificaciones a estructuras de emisiones cero o cercanas a cero cada año.

Transporte.– Los vehículos eléctricos representan al menos el 15% de las ventas de automóviles nuevos en todo el mundo, lo que supone un aumento importante con respecto a la cuota de mercado de casi el 1% que ahora reclaman los vehículos híbridos de pilas y plug-in. También se requieren compromisos para duplicar la utilización del transporte público en las ciudades, un aumento del 20% en la eficiencia de los combustibles para los vehículos pesados y una reducción del 20% en las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación por kilómetro recorrido.

Uso de Tierra. Se promulgan políticas de uso de la tierra que reducen la destrucción de bosques y pasan a reforestación y esfuerzos de forestación. Las emisiones netas actuales derivadas de la deforestación y los cambios en el uso de la tierra representan aproximadamente el 12% del total mundial. Si éstos pueden ser reducidos a cero en la próxima década, y la forestación y la reforestación se pueden utilizar para crear un sumidero de carbono para el año 2030, ayudará a empujar las emisiones netas totales a cero, apoyando el suministro de agua y otros beneficios. Las prácticas agrícolas sostenibles pueden reducir las emisiones y aumentar el secuestro de CO2 en suelos sanos y bien administrados.

Industria. La industria pesada desarrolla y publica planes para aumentar la eficiencia y reducir las emisiones, con el objetivo de reducir a la mitad las emisiones antes de 2050. Las industrias que utilizan mucho carbono -como el hierro y el acero, el cemento, los productos químicos y el petróleo y el gas- emiten actualmente más de una quinta parte del CO2 del mundo, excluyendo sus demandas de electricidad y calefacción.

Financiamiento. El sector financiero ha reconfigurado el despliegue de capital y moviliza por lo menos USD $ 1 billón al año para la acción climática. La mayoría de los recursso provienen del sector privado. Los gobiernos, los bancos privados y los prestamistas como el Banco Mundial necesitan emitir muchos más “bonos verdes” para financiar los esfuerzos de mitigación del clima. Esto crearía un mercado anual que, para 2020, procesa más de 10 veces los $ 81 mil millones de bonos emitidos en 2016.

La próxima reunión del G-20 en Hamburgo es un momento ideal para que los jefes de estado integren los seis hitos en sus debates sobre cómo asegurar una economía global resiliente, próspera, inclusiva e interconectada. Esto prepara el camino para un año de incremento en las ambiciones en 2018, cuando las naciones hagan un balance del progreso y revisen los compromisos nacionales bajo el acuerdo de París.

Para la Misión 2020, el G-20 debe adoptar las Recomendaciones del Grupo de Trabajo de la Junta de Estabilidad Financiera sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (Financial Stability Board’s Task Force on Climate-related Financial Disclosures) sobre cómo el sistema financiero global manejará el riesgo del cambio climático. Esto implica que las instituciones financieras diseñen, divulguen y apliquen una estrategia de transición para descarbonizar completamente las operaciones, las cadenas de valor y las carteras para 2050. Los gobiernos nacionales y los reguladores financieros deben promulgar estas recomendaciones a la brevedad.

Foto: http://www.complex.com/pop-culture/2015/12/almost-200-countries-agree-on-climate-change-deal

En cuanto a los gobiernos locales, las ciudades y los gobiernos municipales o locales deben ayudar a impulsar la ambición de los gobiernos nacionales en la atención del cambio climático, particularmente a través de la infraestructura inteligente y la política de transporte. C40 Cities, una red de megaciudades comprometidas con el cambio climático, ha adoptado una estrategia llamada Deadline 2020 que alinea sus planes de reducción de emisiones con el Acuerdo de París. Otras ciudades ahora tienen la oportunidad de seguir su ejemplo, por ejemplo a través del Pacto Global de Alcaldes para el Clima y la Energía (Global Covenant of Mayors for Climate and Energy).

Para leer el artículo completo en inglés, visitar el siguiente vínculo: http://www.nature.com/news/three-years-to-safeguard-our-climate-1.22201