Por Emily Wegener, traducción Paola Palacios

El aniversario de la primera vacuna contra el COVID-19 es un hito en la salud mundial con un legado aún por determinar. Con el aumento de epidemias de enfermedades graves, Emily Wegener del Programa de Salud Global de Transparencia Internacional describe por qué la transparencia de contratos y precios debe incluirse en los preparativos internacionales para futuras pandemias.

El 8 de diciembre de 2020, Margaret Keenan se convirtió en la primera receptora de una vacuna COVID-19 clínicamente aprobada, que se administró en el Reino Unido.

La ocasión representó un momento profundo en la lucha mundial contra la pandemia. Ahora que 68,5 % de la población mundial ha recibido al menos una vacuna contra el COVID-19, la atención pública en torno a esta pandemia está disminuyendo. Pero los investigadores estiman que actualmente enfrentamos una probabilidad del dos por ciento de una pandemia similar a la COVID-19, con el cambio climático y el aumento del contacto entre humanos y animales entre los factores que aumentan este riesgo. Es imperativo que los líderes de la salud de todo el mundo se aseguren de que el dinero gastado en prevención, preparación y respuesta ante pandemias no se pierda debido a la corrupción. La falta de transparencia que prevalece debe seguir siendo una prioridad política dentro de la comunidad mundial de la salud.

En particular, vale la pena analizar las lecciones aprendidas del proceso de adquisición de vacunas contra el COVID-19. Una preocupante falta de transparencia en los ensayos clínicos y los contratos ya ha sido destacada por el Programa de Salud Global de Transparencia Internacional (TI Global Health) en ‘Para el Beneficio de Quién‘.

Actualmente se están realizando ensayos clínicos de vacunas y terapias contra la cepa de ébola que ha aparecido recientemente en Uganda. Si los formuladores de políticas no quieren repetir la distribución desigual de las intervenciones médicas observada en la pandemia de COVID y los retrasos significativos y costosos en la lucha contra el virus que siguieron, deben analizar qué salió mal y qué se puede mejorar.

Transparencia Mexicana y el Programa de Salud Global de Transparencia Internacional publicamos hoy recomendaciones de políticas sobre cómo se puede mejorar la adquisición de vacunas en futuras emergencias de salud. Su mensaje principal: durante una respuesta a una pandemia, los bienes públicos que se necesitan con urgencia deben estar disponibles para todos. Esto solo sucederá si los procesos de adquisición y las negociaciones son transparentes.

Cómo la falta de transparencia en las adquisiciones socavó la lucha contra el virus

 Gran parte de la atención de los medios y el trabajo de investigación se ha centrado en el acceso insuficiente y muy retrasado a las vacunas de los países del Sur Global y sus efectos en la respuesta global a la pandemia. Sin embargo, pocos informes han establecido la conexión entre esto y la falta de transparencia observada durante las negociaciones de vacunas y los procesos de adquisición. En 2021, Transparencia Mexicana analizó 39 contratos celebrados entre 15 gobiernos nacionales así como de la Unión Europea (UE), y distintas compañías farmacéuticas. Los resultados revelaron que más de la mitad (59 por ciento) no contenía ni la información más básica sobre el valor total del contrato o el precio unitario pagado por la vacuna. Casi las tres cuartas partes (74 por ciento) no dieron información sobre los plazos de entrega.

Muchos contratos no se dieron a conocer públicamente. Esto incluye contratos firmados por mecanismos de adquisición conjunta como COVAX Facility y contratos de gobiernos y organismos multilaterales que invirtieron mucho en la investigación y el desarrollo de las vacunas. De los que sí fueron conocidos, el informe de Transparencia Mexicana muestra que muchos estaban testados, excluyendo incluso los datos básicos de adquisiciones. Las solicitudes de acceso a la información tampoco avanzaron mucho en el logro de la transparencia: de las 21 solicitudes presentadas por los capítulos de Transparencia Internacional en todo el mundo sobre contratos de vacunas, más de la mitad (12) fueron denegadas por información clasificada. Algunos podrían preguntarse: ¿Cómo se relaciona esto con la desigualdad de las vacunas? La disponibilidad de datos básicos de contratación, como el precio unitario pagado y el valor total del contrato en un formato de datos abiertos, es decir, en una plataforma de acceso público, es esencial para evitar distorsiones del mercado en el establecimiento de precios de medicamentos. Por ejemplo, la reciente publicación de todos los datos de precios previamente testados de los contratos publicados en Colombia, tras el fallo de un tribunal administrativo local, revela que el precio pagado por Colombia por la vacuna Moderna (US$22 dólares) es más alto que el pagado por los Estados Unidos Unidos (US$15 dólares). Esto de acuerdo al Tablero de vacunas COVID-19 de UNICEF, lo que refuerza las preocupaciones sobre la inequidad de precios y el sobreprecio general.

La transparencia de los contratos permite al público examinar los términos y condiciones contractuales. Los pocos contratos que están disponibles públicamente sin estar testados, se han dado a conocer generalmente a través de filtraciones, en lugar de ser proactivamente publicados, han generado preocupaciones sobre las cláusulas de indemnización y responsabilidad en los acuerdos. Esta información debe estar disponible públicamente. Los ciudadanos deben poder detectar una posible mala gestión del dinero público, especialmente porque la investigación y el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 han dependido en gran medida del financiamiento público.

Muchos creen que tal transparencia podría haber aumentado la confianza y mitigado las dudas sobre las vacunas. Inevitablemente, los procesos de contratación se ven afectados por emergencias sanitarias. Pero un estado de emergencia no debe usarse como excusa para mantener en secreto permanentemente los datos básicos de adquisiciones, especialmente cuando se trata de vacunas y otras intervenciones médicas. Los datos de precios deben estar disponibles para que los gobiernos tomen decisiones basadas en evidencia y para que los países bajos y medios ingresos inicien negociaciones con las compañías farmacéuticas en igualdad de condiciones. Debilitar su poder de negociación solo retrasa una respuesta de salud pública eficiente.

Contar con un campo de juego nivelado

El Acuerdo Global sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias es motivo de esperanza. Este nuevo acuerdo global que actualmente están redactando los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene el potencial de nivelar el campo de juego para las naciones más pobres si se incluyen fuertes salvaguardas para la transparencia de las adquisiciones. Éstos incluyen:

  • La publicación obligatoria de las intervenciones médicas dentro de los 90 días siguientes a la celebración del contrato en su totalidad, o como mínimo con los términos y condiciones contractuales clave, incluido el precio por unidad o dosis del producto, la cantidad adquirida y los acuerdos de entrega sin información testada.
  • La Organización Mundial de la Salud debería brindar orientación sobre la redacción de contratos para intervenciones médicas en emergencias sanitarias.
  • Los acuerdos de financiamiento público y de compra anticipada para el desarrollo de tecnologías médicas en emergencias deben divulgarse previo acuerdo.

Esto pavimentará el camino para sistemas de salud más fuertes y seguros, lo que conducirá a respuestas a futuras pandemias más rápidas, eficientes y sostenibles. El Programa de Salud de Transparencia Internacional ha presionado para que se incluyan medidas de transparencia en las primeras iteraciones del Acuerdo. Todavía tenemos que ver si tales medidas aparecerán en el primer borrador que se discutirá a finales de este mes. Se necesitará una promoción sostenida durante los próximos dos años para garantizar que se incluyan políticas sólidas de transparencia y contratación abierta en la versión final que se espera ratificar en 2024.

En una era en la que los estados miembros de las Naciones Unidas se comprometen a lograr la Cobertura Universal de Salud para 2030, nuestras recomendaciones sobre la adquisición de vacunas brindan un camino hacia el acceso equitativo a las intervenciones médicas en futuras emergencias de salud. Léelas aquí.

Versión en inglés: blog y publicación sobre recomendaciones.

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