El sociólogo y filósofo marxista Micheal Löwy visitó México hace ya varios meses. Durante su estancia planteó las implicaciones de vivir bajo el paradigma de tener y la importancia de comprender la trascendencia de vivir bajo el paradigma de ser. El énfasis en tener ha hecho que vivamos incluso obsesionados por los bienes. Hemos creado, dice Löwy, un sistema en el que “el prestigio depende de lo que posees”.  Respecto al afán de poseer, su preocupación se orienta al daño infringido al planeta: a su riqueza, a su abundancia y a sus recursos. La alternativa para él es el ser, comprender que “lo importante no es la acumulación de bienes, sino la realización humana”, la cual incluye dedicación al arte, al conocimiento, a la contemplación, a la reflexión y con ello, la sutil gestación de la empatía, del cuidado por los demás y del entorno, nuestro entorno. Por supuesto que el cambio de paradigma requiere “una revolución política, económica social y cultural”. En algún lugar apareció esta frase: “revolución es en realidad un asunto de re-evaluación” y, en palabras de Harriet Lerner, “aunque las conexiones no son siempre obvias, el cambio personal es inseparable del cambio social y político”. Probablemente entonces, más énfasis en ser y menos énfasis en tener, también sea medicina para el mal de la corrupción, si el prestigio no se basara en lo que poseemos, ¿cuál sería el incentivo para la conducta del soborno y del enriquecimiento ilícito?

Imagen: Divided States: Sublimate VIII, 2006. Antony Gormley.