En México hay un claro deterioro de la clase política que debilita la calidad de la democracia en términos de tener una relación funcional y operativa, expresó el director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez.

En entrevista, el representante de esta oficina explicó que el mal manejo administrativo en las entidades federativas, la penetración del crimen organizado en la policía y los sobornos a los funcionarios han deteriorado la imagen de estas instituciones entre la opinión pública del país.

Cuando la clase política se ve tan afectada, el ciudadano se aleja de la vida política y pública. Bohórquez destacó que sólo basta revisar que siete de cada 10 electores no se sienten representados por funcionarios como diputados y senadores.

Que la sociedad se aleje de los asuntos públicos provoca que ésta no acompañe los procesos en los que debería estar presentes como ciudadanía, ello debilita la calidad de nuestra democracia en términos de tener una relación funcional y operativa

La imagen del país se ha visto deteriorada entre la población debido a los continuos escándalos, ya sea por deuda pública o por mal manejo de los recursos públicos, que han salido a la luz en las entidades federativas”.

Ha sido una constante durante los últimos años y la opinión pública lo refleja bastante”, dijo el Presidente de Transparencia Mexicana.

El sector privado ha coadyuvado al deterioro de la imagen, pues cada vez son más los escándalos que involucran a bancos internacionales y tiendas de autoservicio en temas de cohecho y sobornos a funcionarios públicos a cambio de intereses particulares. Ello no ha sido ajeno a la población.

Revertir esta percepción podría lograrse a corto plazo con medidas como la apertura del parlamento, transparentar los programas sociales y agilizar los trámites y servicios que agilizan al público.

Sin embargo, para Eduardo Bohórquez, no está clara la voluntad política para concretar estas propuestas.

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