La evasión fiscal en el centro de la agenda del G8

Este 17 y 18 de junio ha tenido lugar la cumbre del G8 en Irlanda del Norte. El G8 es un grupo de países industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) de gran influencia a escala global que a menudo se confunde con los  ocho países más ricos, lo que no es cierto ya que en ese caso deberían estar en este grupo China y Brasil.

En esta última cumbre que han celebrado hubo dos temas centrales encima de la mesa: el conflicto sirio y una lucha más activa contra la evasión fiscal. David Cameron, Primer Ministro británico ha sido el principal valedor de impulsar una agenda más ambiciosa en este último tema, puede ser debido a que tenía que demostrar a sus socios europeos que de verdad estaba haciendo algo respecto a los satélites offshore británicos.

Debemos recordar que la evasión fiscal provoca una gran pérdida de dinero para las arcas públicas y con los impuestos no pagados y guardados en paraísos fiscales sobre todo por grandes empresas podrían ser incluso mayores que la deuda externa de los países a los que pertenecen.

Con ocasión de esta cumbre del G8 la OCDE realizó y presentó un estudio[1] a petición del G8 que expone cuatro pasos concretos que habría que dar para poner en marcha un modelo global, seguro y rentable de intercambio automático de información en temas fiscales. Esto será concretado en un plan de acción que será presentado en la próxima reunión del G20 el próximo julio.

En este marco cuatro países del grupo de los ocho participarán en un proyecto piloto de intercambio automático de información en temas fiscales y otros cuatro se unirán en una próxima etapa con la idea de que esto se convierta finalmente en un standard global .

Aunque muchos se sentirán decepcionados y considerarán esto un acuerdo de mínimos frente a la envergadura del problema, lo importante es que este tema se haya puesto de manera prominente encima de la mesa en la reunión de unos de los países más influyentes, cuando hace años ni se discutía. Si bien a la hora de compartir información muchos países ponderarán lo que ganan en términos de recuperar fondos para las arcas públicas y lo que pierden en términos de inversión y empleo si comparten información fiscal de empresas, el hecho de que a nivel global la lucha contra la evasión fiscal se haya puesto en la agenda es ya en sí una buena noticia.