Durante una conversación con jóvenes de la Universidad Marista de Mérida, Transparencia Mexicana expuso una realidad alarmante: el cuerpo de hombres y mujeres sigue siendo moneda de cambio para obtener beneficios o ejercer derechos.

En América Latina, según datos de Transparencia Internacional, 1 de cada 5 personas declararon haber sido víctimas o conocer a una víctima de extorsión sexual al intentar acceder a un servicio público. Lo que hoy se conoce en el mundo como “sextorsión” no es una conducta nueva. En países como México ha sido una práctica recurrente para obtener un empleo, un ascenso, o incluso para que la ley se cumpla.

Para ciertos grupos como personas que se encuentran en tránsito, la situación es todavía más delicada. Aprovechando la condición de vulnerabilidad de las personas migrantes, funcionarios públicos o autoridades migratorias extorsionan a las mujeres a cambio de dejarlas en libertad o evitar ser deportadas.

En el sector privado son frecuentes los casos, en los que un superior jerárquico solicita alguna interacción sexual a cambio de un ascenso o un incremento salarial.

Durante la reunión celebrada en Mérida en los últimos días de abril, las y los alumnos de la universidad externaron sus preocupaciones y plantearon escenarios concretos para evitar ser víctimas o victimarios de la #sextorsión.

El que un fenómeno haya ocurrido por años, no significa que estemos condenados a repetirlo generación tras generación, señaló Lucía Petersen quien representó a Transparencia Mexicana en este importante foro.

Si eres alumna o alumno de la universidad marista puedes consultar aquí el Protocolo para la prevención y atención de los casos de violencia de género. 

Si tienes interés en conocer más sobre el tema, ponemos a tu disposición en este enlace algunos materiales de consulta. 

Si estás interesado en que en tu oficina o comunidad se discuta, por favor escríbenos a info@tm.org.mx.


 

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