Por: Rafael García Aceves (@rafagaceves

A simple vista puede parecer una elección pequeña. Solo 525 cargos de elección popular están en juego en la jornada electoral de 2017. Y aunque este número es significativamente menor a los cargos competidos en las jornadas de 2015 y 2016, la realidad es que hay mucho más en juego. Para la clase política, esta elección definirá sus posibilidades de ganar en la elección 2018 (ésta sí será la elección más grande en la historia de México). Los posibles 14 millones de votantes que podrán ejercer su derecho este año –concentrados en su mayoría en el Estado de México y Veracruz– son el botín más preciado de los partidos políticos. Quieren influir en su decisión para controlar la gran cantidad de recursos públicos que reciben estos estados en 2018. Si nos quedamos solo con esta visión, claramente –gane quien gane– terminará perdiendo la ciudadanía. Pero hay otro ángulo en esta elección desde el cual la ciudadanía sí gana. Y me refiero a la exigencia ciudadana.

Desde 2015, la exigencia se ha vuelto el principal activo de la ciudadanía mexicana. Iniciativas como #3de3, Ley 3de3, #FueroNoJuicioSi de WikiPolítica en el estado de Jalisco son un ejemplo claro de cómo se convirtió en un factor clave para asegurar cambios que requiere el país. Sus resultados no pueden explicarse sin las miles de voces de ciudadanas y ciudadanos que hicieron de sus derechos una exigencia. Ahora en la #Elección2017, los 14 millones de potenciales votantes tienen en sus manos más que un voto. Tienen también la fuerza la exigir una nueva clase política y mejores gobiernos. Gobiernos que además sepan que se les va exigir rendir cuentas de cada peso gastado.

No lo decimos solamente por buscar solidaridad con la causa, sino porque es necesario comenzar con acciones concretas para poner un alto a los recurrentes abusos de la clase política y actos de corrupción. Coahuila, Estado de México, Nayarit y Veracruz merecen una nueva clase política que responda a las demandas en materia de control de la corrupción y alto a la impunidad. Y esa clase política sólo puede aparecer cuando existe una fuerte exigencia ciudadana.

#3de3 puede y debe ser solo una de las demandas de la ciudadanía. La participación de la ciudadanía en todo el país –con un simple pero potente mensaje: “Si tu pides mi voto, yo pido tu #3de3”– logró consolidar #3de3 como una nueva práctica política y ahora es casi impensable que alguien llegue a ocupar una gubernatura o una alcaldía sin hacer públicas sus tres declaraciones. Desde 2015, más de 2,500 candidatos y funcionarios en todo el país –entre ellos 26 de 32 gobernadores– han adoptado la práctica de hacer público su patrimonio, intereses y declaraciones de impuestos. Además de acceder a información que antes no conocíamos, en varios casos, #3de3 ha sido una fuente información clave para que periodistas comparen lo que encuentran mediante filtraciones y exhaustivas investigaciones. Sin duda, también debemos aumentar la exigencia y la presión sobre aquellos declarantes que deliberadamente mienten. Son señales de alerta que los ciudadanos debemos registrar y revisar.

Hasta ahora, solo en el Estado de México esa exigencia ciudadana ha puesto a 3de3 en la discusión pública. Los candidatos a la gubernatura por MORENA, PRD, PRI y PAN así como un candidato independiente ya han entregado sus declaraciones y éstas son públicas en www.3de3.mx. En Coahuila, sólo el candidato registrado por el PRI ha enviado su información. Las y los candidatos en Nayarit y Veracruz se mantienen en silencio. Por ello es fundamental que desde hoy 14 millones de ciudadanos activen una voz de exigencia y pidan no solo 3de3, sino también acciones concretas y puntuales contra la corrupción.

PD: Transparencia Mexicana e IMCO hemos habilitado en www.3de3.mx la sección “Elecciones y desginaciones”, donde es posible que los ciudadanos identifiquen quiénes son sus candidatos y les hagan saber que si piden su voto, pedimos (solo para empezar) su #3de3.

 

Publicado originalmente en Animal Político 

 

 

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