rain_1300

A menos que no hayas consultado los medios o no hayas escuchado la radio en estos días, probablemente sabes que el lunes se inició la COP21: la cumbre de la ONU para combatir el cambio climático que tiene un ambicioso potencial de ser histórica por los acuerdos que se quieren alcanzar en ella.

Durante dos semanas, los líderes mundiales y sus equipos de negociadores se reúnen dentro de un centro de conferencias en las afueras de París, Francia, para (esperemos) lograr un acuerdo vinculante entre los gobiernos. Organizaciones de la sociedad civil, jóvenes, sector privado, legisladores, expertos y grupos indígenas estarán observando de cerca.

El objetivo es mantener las emisiones de carbono, que están en constante crecimiento en el mundo, bajo control. El resultado, según se espera, será que la temperatura del planeta no se eleve más allá del llamado “umbral de dos grados”, por encima del cual los impactos del cambio climático podrían llegar a ser irreversibles.

Desde la publicación del Informe Global de la Corrupción sobre el Cambio Climático, elaborado por Transparencia Internacional en 2011, se ha hecho hincapié en que los países más vulnerables al cambio climático también tienden a colocarse en una posición no favorable en el Índice de Percepción de la Corrupción.

Ninguna persona y ningún país escapará a los efectos que ya provoca el cambio climático. Sin embargo, no todos los países y sus poblaciones están expuestos a los mismos riesgos y alcances. Aún así, hay algo que es cierto y que puede tener un impacto en cada país que cuente con factores altos de vulnerabilidad frente al cambio climático y condiciones que fomenten la corrupción. La corrupción hace que el cambio climático sea peor y amenace las soluciones que necesitamos para responder.

Este es el mensaje que se ha compartido en la COP21 durante su primer semana. Transparencia Internacional y el Programa de Integridad en el Financiamiento Climático en el que participan países como México, Perú, Kenia y países como Bangladesh y Maldivas, que son países entre los más vulnerables a los impactos del cambio climático, compartirán señales concretas de cómo mejorar el nuevo acuerdo climático que ha de definir la contribución de los países más desarrollados y las posibilidades de los países más vulnerables para enfrentar este fenómeno.

En este sentido, para el nuevo acuerdo climático son esenciales los siguientes frentes:

  1. ATENDER EL CAMBIO CLIMÁTICO CON TRANSPARENCIA Y ASEGURAR QUE LA CIUDADANÍA TENGA PARTICIPACIÓN.

El resultado esperado de la COP21 -“el acuerdo de París”- probablemente será un texto extenso que cubra diversas áreas de regulación ambiental global y mucho más: el texto afectará a los gobiernos, a las empresas y a los ciudadanos, y levantará muchas discusiones espinosas sobre la «ejecución» del mismo.

Esto significa que el público tiene un papel crucial que desempeñar en el despliegue del acuerdo de París. Es esencial que la ciudadanía sea capaz de participar en el seguimiento de los compromisos del mundo para “mitigación” (es decir, la limitación de las emisiones de carbono) y la “adaptación” (protegernos de los impactos del cambio climático que ya están ocurriendo).

Hacemos hincapié en la importancia de garantizar un espacio para la sociedad civil para participar en la supervisión de las operaciones, a nivel global y en cada país, para asegurar que las promesas y compromisos de cada gobierno se realicen y se rinda cuentas de ellas con exactitud.

  1. FINANCIAMIENTO CLIMÁTICO. ESTRUCTURAL PARA EL ÉXITO O DEBILIDAD DE LA #COP21

El financiamiento climático representa, entre otros, aquél flujo de recursos comprometido por los países ricos, industriales, principales emisores de carbono, para ayudar a los países menos desarrollados a adaptarse al cambio climático (por ejemplo, mediante la adopción de tecnologías más limpias), y a que resistan a los impactos (por ejemplo, la protección frente a inundaciones y tifones).

En negociaciones anteriores se ha acordado llegar a los US $ 100 mil millones al año para el año 2020, gran parte de los cuales deberán de canalizarse a través de un nuevo organismo creado en el marco de la COP16 celebrada en Cancún, México: El Fondo Verde Climático (Green Climate Fund).

Un estudio reciente de Adaptation Watch  sugiere que más del 70 por ciento de la ayuda bilateral de adaptación al cambio climático no estaba claramente categorizada y era imprecisa. Se necesita una mayor transparencia para garantizar que los países industrializados cumplan con sus compromisos financieros para apoyar a los países en desarrollo y hacer frente a los impactos del cambio climático.

También se ha señalado que muchos países vulnerables al clima tienen problemas de gobernanza y capacidad para combatir la corrupción. La corrupción podría hacer fracasar el propósito del financiamiento climático. De ahí nuevamente la importancia de la participación de la ciudadanía. Pues los ciudadanos necesitan jugar un papel en el control de los fondos climáticos.

Algunos países están estableciendo los medios para vigilar el financiamiento climático: en México, hemos arrancado la construcción de una plataforma de datos abiertos para realizar un seguimiento de los proyectos financiados con los fondos internacionales en el país.

El mensaje es simple: queremos asegurarnos de que cada dólar vaya a donde se necesita, y vamos a apoyar a la sociedad civil para reunir pruebas si es que el dinero se desdibuja. (Véase este artículo de opinión por el Director Ejecutivo de Transparencia Internacional Maldivas o un artículo reciente en la revista Newsweek.)

  1. PARA QUE EL ACUERDO CUENTE, DEBE RENDIR CUENTAS

Hemos supervisado los flujos de financiamiento para el cambio climático y proyectos climáticos en los países en desarrollo durante varios años. Hemos visto que ha habido dinero perdido y que algunos proyectos han fracasado debido a su mala implementación o desvío de recursos en alguna parte de la cadena.

En los peores casos, los proyectos climáticos incluso han llegado a causar abusos de los derechos humanos fundamentales. Por ejemplo, el proyecto de una represa “verde” en Guatemala condujo al asesinato de pobladores indígenas cuyos medios de vida fueron amenazados por ella. En Uganda, hay empresas que plantan bosques para vender compensaciones de carbono a compañías petroleras y que, para obtener la tierra, asesinaron a los lugareños y prendieron fuego a sus aldeas.

Cuando las cosas van mal, la gente necesita medios para exponer los abusos, incluida la corrupción.

El 4 de diciembre, durante la COP21, se realizó un panel de discusión junto con Carbon Market Watch Both ENDS, en el que se abordó cómo los organismos que implementan proyectos de desarrollo relacionados con el clima pueden ser responsables y transparentes ante las poblaciones locales.

El acuerdo de París debe incluir fuertes disposiciones en favor de los derechos humanos e incluir el mismo tipo de medidas de rendición de cuentas y supervisión como otros tratados internacionales.

En muchos sentidos, el trabajo duro comienza después de la COP21. En Transparencia Internacional estamos listos.

¿Qué puedes hacer?

  • Únete a la discusión en la #COP21 y hazle saber a la gente saber cuáles son los tres puntos clave para luchar contra la corrupción que amenaza el acuerdo de París.
  • Mira el siguiente video (en inglés) y conoce de qué manera la corrupción amenaza nuestros bosques, la primera línea de defensa contra el cambio climático.
  • Conoce la plataforma de rastreo para el financiamiento internacional que estamos desarrollando en México. Dinos qué te parece y si tienes ideas de cómo mejorarla, háznoslo saber.
  • Si estás interesado en conocer más sobre corrupción, financiamiento y cambio climático, regístrate en alguno de nuestros cursos gratuitos, que han sido tomados por más de mil personas hasta ahora.
  • Si estás en la #COP21 comparte las recomendaciones al texto del nuevo acuerdo de París.