Financiamiento

Uno de los temas más mencionados durante este año en la agenda global para el desarrollo será el de financiamiento. Diversos acuerdos globales en materia de desarrollo, sustentabilidad y cambio climático cierran un ciclo en 2015 y nuevos compromisos están en marcha. Durante julio se celebra la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo que dará la pauta para nuevos criterios que fortalecerán la cooperación y ayuda internacional para el desarrollo. Ligado a esto, en septiembre 2015 se formalizará la transición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para convertirse en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).

En lo que respecta a cambio climático, al cierre de este año se celebrará en París, Francia, la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21). En esta reunión se logrará un nuevo acuerdo climático que busca establecer nuevos compromisos para los países en desarrollo y desarrollados para que, a través del principio “responsabilidades comunes, pero diferenciadas” los países miembros de la Convención asuman acciones para mitigar y adaptar, es decir, reducir la vulnerabilidad de sus naciones ante el cambio climático. Y entre los temas a discutir en esta Conferencia el tema de financiamiento es elemental: ¿cómo y a través de qué mecanismos de financiamiento lograrán los países transferir recursos para cada una de estas acciones? ¿cuánto dinero cuesta y quien debe proveer de estos recursos?

Pero abrir la llave del financiamiento sin tener una guía de qué se está financiando resulta ineficaz. Contar con sumas cuantiosas para promover el desarrollo requiere de mecanismos e instrumentos que nos permitan entender qué se está financiando, quién recibe el dinero, cómo se maneja, cuáles son sus resultados.

Para la COP21 esta es una de las grandes preguntas: ¿cómo asegurar que el financiamiento sea transparente?. Las rutas para conseguirlo van por diferentes vías: que los países cuenten con marcos institucionales sólidos, que se tenga una definición clara sobre qué es financiable, que  se cuente con herramientas nacionales y estándares internacionales para rastrear el origen y destino de los recursos; entre otros.

En el camino para definir lo que es financiable los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD) también han dado un paso significativo este año. Como mecanismos de cooperación global o regional, los BMDs se reunieron recientemente para establecer los principios para el seguimiento de compromisos financieros que ayuden a los países a prepararse frente al cambio climático; es decir, definieron una guía para financiar acciones que puedan ser consideradas adaptación al cambio climático.

Este logro surge de un interés común de aumentar la transparencia en el flujo de recursos que se destinan para la mitigación y adaptación al cambio climático. Al asegurar el rastreo del financiamiento para la atención al cambio climático se promueve la eficiencia del ejercicio del gasto y aumenta la probabilidad de inversión; aunado a un incremento en la confianza a nivel nacional.

Los principios logrados por los BMDs apenas indican los criterios que han de ser considerados para denominar el financiamiento que otorguen como financiamiento para la adaptación al cambio climático. Los principios alcanzados son:

  1. Establecer el contexto de los riesgos, vulnerabilidades e impactos relacionados con la variabilidad del clima y el cambio climático.
  2. Delimitar y describir en la documentación del proyecto la intención de hacer frente a los riesgos identificados, vulnerabilidades e impactos.
  3.  Demostrar un vínculo directo entre los riesgos identificados, vulnerabilidades e impactos, y la financiación a las actividades consideradas.

El documento completo de los Principios Comunes para el Rastreo del Financiamiento para la Adaptación al Cambio Climático brinda una orientación por ahora básica o inicial de cómo estos mecanismos multilaterales buscan generar criterios para el financiamiento para la adaptación. En el mismo sentido, ya han generado una serie de actividades desglosadas que se pueden considerar como financiamiento para la mitigación del cambio climático. Si bien se puede estar o no de acuerdo en las actividades desglosadas, hasta la fecha esta serie de Principios para el Rastreo del Financiamiento para la Mitigación al Cambio Climático ha sido un referente utilizado por mecanismos regionales y nacionales y ha servido como guía y material de discusión para la misma Convención de la ONU sobre Cambio Climático.

Y estos criterios atienden a la urgencia de ordenar el volumen de financiamiento que ha circulado en los últimos años. Los BMDs señalaron que en 2014 financiaron US$ 5,000 millones de dólares para acciones de adaptación en diferentes países. Sin tener todavía un guía de cómo definir financiamiento para la adaptación.

Y este creciente flujo de recursos se refleja en lo que los países reciben para proyectos de atención al cambio climático. Pero también se refleja la falta de sistemas, estándares y criterios comunes para definir qué se puede considerar como financiamiento para el cambio climático. En México, en lo que concierne al presupuesto público destinado al cambio climático, existen análisis y propuestas para el fortalecimiento del Anexo Transversal 16 del PEF, anexo específico para cambio climático.

Sobre el financiamiento internacional que México ha recibido para este fenómeno, también existe una disyuntiva: ¿cómo contabilizar los recursos si no hay definiciones sobre lo que es financiamiento para cambio climático en México. Sin embargo, el flujo de recursos ha estado en marcha desde hace varios años y no contabilizar el recurso hasta tener una definición disminuye la capacidad de rastrear los recursos que de hecho ya se han destinado en los últimos años.

 

Mapa2

Con la información disponible, uno de los ejercicios realizados para el rastreo del financiamiento climático en México estima que el país ha recibido 4 mil millones de dólares de 2011 a 2015. Aunque la cifra no es exacta, resulta indicativa del volumen de financiamiento para este fenómeno en el país.

Esta cifra, una menor o mayor por si mismas resultan difíciles de analizar. Como los mecanismos financieros, los países también deben generar a nivel nacional los mecanismos que ayuden a rastrear el origen y destino del financiamiento. A nivel global, se está analizando la posibilidad de crear Mecanismos de Monitoreo, Reporte y Verificación para la transparencia del financiamiento climático,

Una propuesta para crear estos mecanismos es poder visualizar dónde está el recurso. Identificar a nivel estatal o por región qué proyectos son financiados, quién está a cargo de la ejecución, qué formatos se usan para desplegar la información; y otros componentes. Son diferentes los acercamientos que cada país tiene para esta agenda, pero en México tanto sociedad civil como gobierno han dado pasos interesantes para poder trazar con transparencia y mayor certeza la ruta del financiamiento. Se podrán discutir estos pasos en otros momentos.